Felicitaciones por este artículo don Stulta... una vez más se faja con sus opiniones.
Definitivamente estoy de acuerdo con Usted en todo. Cuando se ha tenido la oportunidad de conocer un poco más allá de las fronteras de nuestra amada Colombia hay puntos de comparación y por eso me alegra mucho la evolución positiva y ese acercamiento a la civilización ideal que está teniendo Bogotá. Igualmente me produce tristeza reflexionar sobre otras dos ciudades que significan mucho y a las que les debo mucho en mi vida, y que tal vez por ello, por esa importancia me atrevo a criticar:
La primera es Popayán, mi ciudad natal, que lastimósamente es un pueblo "en pausa", que sigue dando vueltas en su historia gloriosa de hace 2 siglos, que sigue pensando que puede vivir del orgullo de ser la ciudad que más presidentes de Colombia ha traido al mundo y de los que no queda ni uno vivo, de tener la Semana Santa más solemne y antigua de América, pero en la que no se ve un progreso real, en la que las costumbres del cigarillo, alcohol, conducción y demás siguen como las recuerdo hace 20 o 30 años y lo único que ha cambiado son los modelos de los automóviles y la variedad de licores, cigarrillos y sitios para consumirlos, donde las niñas siguen siendo madres muy jóvenes porque en los colegios de monjas apenas y se menciona la planificación porque las normas educativas lo exigen.
La otra es Cali, donde vivo, donde me hice profesional, formé mi familia, nació mi hija y tengo mi trabajo. Esta ciudad me duele porque la conocí como ejemplo de civismo y de limpieza, leyendo tu artículo siento como si los que ensuciaban Bogotá se hubieran venido para acá, los que bebían y conducían tambien, se trajeron los juguetes bélicos a las calles del centro y todos los que tenían poco o ningún civismo decidieron venir tras la "bonanza traquetera" de los 90 y se quedaron con sus malas mañas por acá, apoyando políticos que exceden con creces los promedios de corrupción nacional y que no han permitido que esa evolución de la que hablas se note de verdad y se limite a sobrevivir entre un puñado de personas que queremos y esperamos poder contribuir en algo a que llegue realmente a la ciudad.
Pensándolo bien, creo que este comentario se ganó el grado de Post y será publicado en mi blog.
Saludos, Stulta y Gracias!
J.
2 comentarios:
Pues hermano, primero que todo muchas gracias por los comentarios, me alegra muchísimo que mi post haya ayudado a inspirar estas líneas. Muy lamentable que en algunas regiones la evolución no se haga latente. La culpa, sin lugar a dudas, tiene que ser en buena parte de la dirigencia política. Mucho hay que abonarle a alcaldías como la de Antanas Mockus en la formación de una cultura ciudadana en Bogotá. Administraciones como las de Peñalosa y Garzón han contribuído a afianzarla y, lo que es más importante aún, a generar sentido de pertenencia hacia una ciudad que antes era de todos y de nadie. Pienso que nuestro rol de padres es la oportunidad de sembrar semillas de convivencia y progreso, esa es nuestra contribución a una sociedad mejor, formar ciudadanos del futuro en un contexto por momentos amarrado a un pasado lamentable.
Un abrazo...
nice to see it
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