domingo, diciembre 02, 2007

La carta de Ingrid

En la madrugada del viernes se conocieron algunas pruebas de supervivencia de algunos de los seuestrados "canjeables", que supuestamente las FARC iban a hacer llegar al presidente Chavez (Esa es otra historia novelesca). Pues bien, hoy tuve la oportunidad de leer en el diario El País, algunos apartes de la desgarradora carta que Ingrid Betancourt le envió a su madre y de la cual he extraido algunos mensajes que van (o mejor vienen) para todos los colombianos.

"Pienso en la grandeza de los Estados Unidos, por ejemplo. Esa grandeza no es el fruto de la riqueza en tierras, materias primas, etc, sino el fruto de la grandeza de alma de los líderes que moldearon la Nación. Cuando Lincoln defendió el derecho a la vida y a la libertad de los esclavos negros de América, también se enfrento con muchos Floridas y Praderas.

Muchos intereses económicos y políticos que consideraban que eran superiores a la vida y a la libertad de un puñado de negros. Pero Lincoln ganó, y quedó impreso en el colectivo de esa nación la prioridad de la vida del ser humano sobre cualquier otro interés.

En Colombia todavía tenemos que pensar de dónde venimos, quiénes somos y a dónde queremos ir. Yo aspiro a que algún día tengamos esa sed de grandeza que hace surgir a los pueblos de la nada hacia el sol. Cuando seamos incondicionales ante la defensa de la vida y de la libertad de los nuestros, es decir, cuando seamos menos individualistas y más solidarios, menos indiferentes y más comprometidos, menos intolerantes y más compasivos. Entonces ese día seremos la nación grande que todos quisiéramos que fuéramos. Esa grandeza está ahí dormidita en los corazones. Pero los corazones se han endurecido y pesan tanto que no permiten sentimientos elevados. Pero hay mucha gente que yo quisiera agradecer porque están contribuyendo a despertar los espíritus y a engrandecer a Colombia. No puedo mencionarlos a todos pero sí a algunos (menciona al ex presidente López "y en general a los ex presidentes liberales", a Hernán Echavarría, a los familiares de los diputados, a Monseñor Castro y al Padre Echeverri).

No podría creer que es posible algún día libre de aquí, si no conociera la historia de Francia y de su pueblo. Le he pedido a Dios que me cubra de la misma fuerza con la que Francia ha sabido soportar la adversidad para sentirme más digna de ser contada entre sus hijos. Quiero a Francia con el alma, las voces de mi ser buscan nutrirse de los componentes de su carácter nacional, siempre buscando guiarse por principios y no por intereses. Quiero a Francia con mi corazón, porque admiro la capacidad de movilización de un pueblo que como Camus entiende que vivir es comprometerse. (...) Todos estos años han sido terribles, pero no creo que podría seguir aún viva sin el compromiso que nos brindaron a todos los que aquí vivimos muertos."
Ingrid Betancourt
A mi me llegó mucho el mensaje... no solo por lo desgarrador del contenido de toda la carta, sino por todo lo que se puede aprender y leer entre líneas, escritas por alguien que se encuentra privado de la libertad y sigue pensando en lo que le gustaría para su país...
¿nosotros los que estamos fuera pensamos siquiera un poquito en nuestro país?.
J.
Foto: Diario El País

No hay comentarios.: